De la misma forma y por los mismos motivos que en mi artículo acerca de RADIESTECIA CON PÉNDULOS aclaré que no se trataba de explicar que son los péndulos o la radiestesia, el objetivo de este texto no es explicar lo que es el tarot, sino contar mi historia acerca de cómo lo utilizo en consulta y procesos de sanación, de una forma muy particular… la mía; a través de la experiencia que solo yo mismo he vivido y adquirido, con unos objetivos que he establecido y perfilado con el tiempo y la práctica, y dentro de un esquema de trabajo al que he llegado luego de ir acomodando, modificando y perfeccionando la consulta, la atención y la ayuda que hoy en día puedo brindar como guía y sanador.
No sin antes aclarar que, en este campo de trabajo como en cualquier profesión u oficio y a veces más que en otros, siempre hay mucho más por aprender y por mejorar. Como en alguna oportunidad leí, en estos temas, no sé si por desconocidos (no ocultos… eso no es lo mío) o por qué razón, entre más uno aprende, más siente como que hasta ahora está empezando. Es como si cada experiencia nueva o cada aprendizaje que uno adquiere dejara la sensación no de haber aprendido, sino la certeza de que es muy poco lo que ahora sé que sé, de que es muchísimo más lo que quiero aprender, de que es demasiado lo que hay por y para aprender, y el vacío siempre profundo y un poco doloroso de que no importa cuanto aprenda, nunca será suficiente para mí. Pienso que esto es así, porque no importa cuán complejos, inteligentes, librepensadores y de mente abierta seamos los seres humanos, de todos modos, estamos enmarcados y confinados dentro de los límites de la naturaleza y la mente humanas, y los temas de Dios no tienen límites, siempre se desbordan. Y no importa cuánto ampliemos nuestra mente o nuestros conceptos, jamás alcanzaremos suficiente o tanta grandeza de pensamiento y conceptos. Es como si frente a Dios fuéramos del mismo pequeñísimo tamaño que es nuestro planeta Tierra frente al universo, que además ahora se piensa que está creciendo en todo momento.
Volviendo al tema. No podría hablar de tarot porque pienso que: Primero, hay muchísimos, demasiados tarots hoy en día en el mercado. Segundo, no todos los tarots son para todos aquellos quienes tenemos la habilidad de leerlos, de la misma forma que no todos los péndulos son para todas las personas que tenemos la habilidad de manejarlos, pues se trata de herramientas personales, y. Tercero, que cada vez que alguien abre un mazo de cartas, su interés debe ser tan variado o personalizado como variado es el interés de las personas quienes acuden a su consulta en busca de su ayuda.
A nivel personal, lo primero que puedo decir es que nunca estudié para aprender a leer el tarot, empecé a estudiarlo cuando ya sabía leerlo. La primera herramienta que aprendí a leer fueron las runas, como a los cuarenta y dos años, que de igual manera nunca las estudié (aclarando que la primera herramienta que empecé a utilizar fue el péndulo cuando tenía treinta años). Empecé a estudiar acerca de las runas después de que supe que podía leerlas. Mi maestra me explico que, esto es gracias a uno de los dones que he recibido llamado INSPIRACIÓN.
Para explicarlo, tengo que decir que tres o cuatro años antes de empezar a leer las runas, desarrollé o me fue otorgado el don de escuchar a los ángeles. Por años tuve claro que escuchaba sus mensajes solo y únicamente por mi oído izquierdo. Aunque hoy en día ya no tengo tal certeza, como en aquella época no tenia la certeza de que verdaderamente se tratara de mensajes de los ángeles. Los percibía como ideas que me entraban en la cabeza más que a la mente por el oído izquierdo. Nunca, ni por una sola vez pensé o sentí que fueran o se tratara de voces, siempre lo que he percibido han sido ideas. Hoy en día no siento que las ideas entran, simplemente las tengo, la comprensión está en mi mente, entiendo, sé, percibo las ideas o el conocimiento en mi mente, ya no en medio de mi cabeza, y sin la sensación auditiva en mi oído izquierdo. Hoy en día los mensajes son más claros y ya no manejo las dudas que manejaba antes, de si en verdad se trataba de mensajes de los ángeles, o eran ideas mías producidas por mi propia mente. Con frecuencia la duda era bastante molesta, aunque nunca me deje llevar por ningún fanatismo.
Gracias a este don llamado inspiración empecé a leer las runas como un simple pasatiempo, aunque con un infinito y desesperado interés. Y es cierto, presionaba a mis amigos para que me permitieran leerles las runas con alguna frecuencia… ahora hasta me da un poco de vergüenza recordar lo insistente que era, y lo desesperado que parecía. Pero también pienso que es la única forma como uno puede volverse verdaderamente bueno en algún arte o cualquier oficio… haciéndolo apasionadamente. Un año más tarde, hablando con mi maestra empecé a leer el tarot, también por inspiración. Recuerdo que mi maestra me pidió que le leyera el tarot, se trataba de un tarot de ángeles que utilizábamos en sus clases, pero que yo simplemente sabía que no podía ni podría leer, ya que cuando miraba la imagen de cada una de las cartas, la única idea que me llegaba a la mente era, si la ilustración que veía me gustaba o no me gustaba. Cuando le respondí que yo no podía leer el tarot, que nunca había podido y que con absoluta certeza nunca podría, pues al mirar las cartas simplemente no me venía nada a la mente, ella me explico que, sí podía, pues si había desarrollado el don de leer las runas por inspiración, y por inspiración podría leer cualquier otra herramienta como en este caso, el tarot…prácticamente me obligo a hacerlo, me hizo leerle las cartas, obviamente como cualquier buen maestro (y mi maestra aparte de que sabe mucho es buena maestra) me tomo de la mano y me caminó durante el proceso, me hizo crecer, me enseño. ¡Y sí, sí pude, sí supe! Sin entrar en detalles, por obvios respeto y ética, simplemente diré que fue una corta pero buena lectura. Y no fue suerte de principiante, de ninguna manera tanta información podría ser una cascada de encadenadas coincidencias. Siempre ha sido por inspiración.
No se diga más… obviamente esta fue tan solo la primera vez. Y ahí voy yo nuevamente, presionando e insistiéndole a mis amigos para que ahora se dejaran leer el tarot 😊 😊 😊. Lo demás ha sido cuestión de práctica, de fascinación, de inspiración y de obsesión. Y de la paciencia de mis amigos por supuesto. El obsesivo interés por el tarot me ha llevado a estudiarlo bastante. En este momento (2019) llevo leyéndolo poco más de 7 años, solamente leo tarots de ángeles y uno de dragones que encontré y que leo por la simple fascinación que siento por estas poderosas criaturas. Me he enfocado más en el tarot que en las runas, la inspiración ha crecido a fuerza de práctica, la obsesión la he mantenido intacta, aunque ya bajo control, y he dejado de presionar a mis amigos, al haber convertido la lectura del tarot en un maravilloso oficio. La practica de un arte que me llena de satisfacción, al ver como con el ejercicio de mis dones logro ayudar a las personas a quienes la vida les permite llegar a mí, o a mí llegar a ellas, en el momento más necesario o indicado. Una vez más, repito que los tiempos de Dios son perfectos y nuestros caminos se juntan en el momento perfecto en Dios.
Podrán haber notado que en cada oportunidad me he referido a mi como quien lee el tarot, no como quien lo interpreta. Siempre he tenido claro que desde mi lado del escritorio yo “leo” el tarot. Desde el otro lado del escritorio, eres tú, es usted, es el consultante quien hace la interpretación, al adaptar toda la información que recibe a su historia personal e íntima. Con frecuencia le leo el tarot a personas a quienes estoy conociendo por primera vez y de quienes no se absolutamente nada. En estos casos hago una lectura limpia, en frio, escueta por decirlo de alguna manera. En el caso de amigos o conocidos es diferente, pues al saber de sus vidas ya puedo empezar a entender e interpretar como aplica la lectura en sus historias, aunque la verdad trato de no hacerlo. Prefiero confiar en que el consultante entenderá el mensaje sin necesidad de mi interpretación, por efecto del DON DE LA PALABRA. Otro de los dones que, con toda humildad, pero con un amoroso orgullo puedo decir que también he recibido, y también es para ayudar a mis ángeles… a nuestros ángeles a cumplir su misión de amor y evolución en cada uno de ustedes, a través mío y de los maravillosos dones que he recibido y que están ahí, aquí, para cuando los necesiten y estén listos para ellos.
Lo ultimo y más importante que tengo por decir es que, la lectura del tarot que hago no tiene como objetivo la predicción. He enfocado todo mi ejercicio profesional hacia la SANACIÓN. Con frecuencia la gente me pide que le lea el futuro, que el pasado ya lo saben y que por lo tanto no les interesa. Pero como comunicador angelical y sanador siempre tengo que explicar que, lo que limpiamos y sanamos es el pasado, mediante su comprensión limpiamos, sanamos y evolucionamos física, mental, emocional, espiritual y energéticamente. También limpiamos y corregimos el presente. Así, al limpiar y sanar el pasado y encontrar la senda favorable para caminar el presente… el futuro cambia, evoluciona, se proyecta amable, próspero y esperanzado y podemos entrar en él serenos y en paz, desde el optimismo, la confianza y la fe, y no desde la incertidumbre o peor aún desde el miedo y con miedo. Esto es sanación.
Con infinito amor,
Yalcahir